Desde su exi­tosa apari­ción en el mercado in­ternacional, hace aproxi­madamente unas cuatro décadas, el aluminio compuesto se convirtió en un material de excelencia para la arquitectura, la construcción, la decoración, el diseño y, especial­mente, para la cartelería y la señalética.

Su fama de “caro” no impidió, en ab­soluto, su cada vez más sostenida di­fusión. Lo eligieron en principio –y desde luego, continúan eligiéndolo– empresas y entidades de primera línea que priorizan el prestigio de su ima­gen, gracias a la esbeltez y modernidad que transmite este noble material. Y poco a poco fueron sumándose otras empresas que consideran muy redi­tuable invertir en su comunicación publicitaria e institucional algo más que lo estándar, ya que el aluminio compuesto indudablemente colabora eficazmente en la jerarquización de marcas y productos.

Entre sus numerosas cualidades, que valoran tanto los clientes como los in­tegrantes de la industria publicitaria, es importante destacar su lisura; su su­perficie perfectamente plana; su resis­tencia al paso del tiempo (se considera que mantiene una óptima apariencia aproximadamente durante unos 20 años) a pesar de que esté expuesto al sol, a la nieve, a la arena y a fuertes vientos; su alta resistencia al impacto y su bajo peso (cada metro cuadrado pesa entre 3,5 y 5,5 kilos, de acuerdo con su espesor); su resistencia al calor y al fuego; su facilidad para trabajarlo realizando cortes, fresado, ranurado, plegado, curvado de acuerdo con cada diseño; su rapidez en la instalación; su bajo mantenimiento (para limpiarlo y que luzca siempre como nuevo solo se necesita un detergente neutro y agua); su variedad de colores y, sobre todo, su espléndida apariencia, que comuni­ca al mismo tiempo solidez, prestigio, confiabilidad, armonía y belleza.

EL ABC DEL ACM

Los paneles de aluminio compuesto o ACM (aluminium composite material, su nombre específico) están formados por dos láminas finas de aluminio, como si fueran las tapas de un sándwich, uni­das por un núcleo plástico que les otor­ga rigidez y a la vez flexibilidad, permi­tiendo que se doblen sin quebrarse.

USOS Y APLICACIONES

La implementación del ACM en car­telería es muy amplia. Se lo puede ver revistiendo las fachadas de numerosos locales (sobre todo en grandes empre­sas) y también en edificios públicos.

VENTAJAS

La durabilidad en exteriores,  es una de sus grandes ventajas. “El ACM no se oxida, lo cual evita el mantenimiento .Cualquier otro mate­rial, aunque sea una chapa de hierro o galvanizado, después de un tiempo comienza a oxidarse y exige un mante­nimiento de pintura”.

COLORES Y TAMAÑOS

El aluminio compuesto se produce en una gran variedad de colores, “sin em­bargo en la Argentina los más usados son el gris silver, el blanco y el negro Los demás son difíci­les de conseguir, y hay que pintarlos en forma manual, aunque las más novedosas son las que ofrecen un símil granito o mármol, o aquellas que dan apariencia de aluminio cepillado el ACM es un material excelente y premium que prestigia a las empresas que lo utilizan para su comunicación de imagen para cualquier empresa, no solo las grandes, por sus tres ventajas básicas: rapidez para procesar y fabricar el cartel, calidad de terminación y durabilidad. El ACM tiene mucho, mucho mercado por ganar todavía”.